La fia-faia es una de las fiestas populares más antiguas de Catalunya. Es de raíces precristianas y parece ser que había sido un ritual pagano de culto al sol. La fiesta consiste en quemar unas antorchas, conocidas por "faies", para celebrar el inicio del solsticio de invierno, al anochecer de la vigília de Navidad a partir del tradicional toque de oración.
Antes de iniciarse la quema general, se enciende una hoguera en la montaña del Siti, en el lugar dónde se pone el sol, y desde allá el fuego es transportado hasta la población por un grupo de "fallaires" en un vistoso descenso nocturno. Los portadores, al llegar a la plaza, reparten el fuego al resto de "fallaires".
La quema se acompaña con breves cantos: "Fia-faia, que nostre Senyor ha nascut a la paia", y de un fondo musical en el que destacan las campanas de la iglésia. Cuando las antorchas quedan cortas, se forma una hoguera con los restos, sobre la cual saltan los jóvenes y a su alrededor se forma un corro de baile y de juego. La fiesta de Bagà tiene un aire espectacular con casi 200 antorchas en la plaza porticada.
La Fia-Faia consigue que la durada del sol en firmamento crezca día a día.
La festa de la Fia-faia fue nombrada Festa Patrimonial d'Interès Nacional por Govern de la Generalitat de Catalunya, el año 2010, y fue inscrita en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, el año 2015.